La portada de hoy lo dice todo: “La fe que cura”. Que todos los españoles estén tranquilos, aunque nos recorten en sanidad y no podamos ni pagar las medicinas. El príncipe Felipe ha invitado al Papa Francisco a visitar nuestro país (a costa nuestra, claro). A cambio, el Sumo Pontífice besará a algunos enfermos y así sanarán. Al menos eso es lo que ha insinuado este diario, ¿no?
El fervor religioso sigue aprovechándose de la gente más débil de la manera más cruel posible. César, español de 50 años, sufre una parálisis en prácticamente todo el cuerpo desde que tenía ocho meses. Es católico y ayer quiso ver, en persona, al nuevo Papa en la Plaza de San Pedro.
«En 1982 Juan Pablo II me besó en una audiencia privada. Ayer me besó el Papa Francisco en la frente. Después nos pidió a mí y a mis amigos que rezáramos por él».
La Razón en este artículo destaca que César “está convencido de que gracias a Dios ha podido hacer sus sueños realidad. Como volar en un avión. Lo cumplió gracias a la fundación cristiana Unitalsi dentro de una peregrinación a Lourdes en septiembre de 2010”. Supongo que la ciencia, la tecnología y los avances en este ámbito no han tenido nada que ver.
Y es que a La Razón solamente quiere “evangelizar”. Supongo que piensan que cuando venga el Papa les dará una palmadita en la espalda y por ello no hacen más que publicar halagos. “Un Papa cercano echa a andar” es otra de las joyas publicadas hoy por este periódico. Y para terminar y hacernos una idea del contenido del artículo, me gustaría destacar unas líneas:
“El papado, pilar sobre el que se ha levantado la civilización occidental, es uno de los baluartes que le quedan a Europa para protegerse no sólo de la banalidad paralizante que la mina desde dentro, sino también del avance de nuevas formas de intolerancia que amenazan con destruir su legado. En este contexto de nueva evangelización, España está llamada a volver a ser clave. La historia de nuestro país ofrece numerosos ejemplos de eficacia misionera y en muchos casos fueron españoles los que llevaron a los rincones más recónditos del planeta la luz del Evangelio y los rudimentos del progreso.
En este sentido, la imagen de ayer del encuentro del Papa con los Príncipes de Asturias y el presidente Mariano Rajoy actualizó la cercanía que, a lo largo de los siglos, ha existido entre la Corona española y la Santa Sede, símbolo a su vez de la profunda relación entre la Iglesia y nuestro país. Esta imagen no sólo nos conecta con nuestro pasado, sino que nos señala además una fuente de inspiración fiable y segura para nuestro futuro".
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