2012-03-21. Matas, una mancha negra en el Partido Popular

Todos podríamos pensar que la corrupción política podría afectar a los resultados electorales. Sin embargo no sucede así si el afectado ha pertenecido al Partido Popular. Javier Arenas prácticamente da por vencida la batalla andaluza y son muchos los que le creen el salvador que acabará con los malvados de los ERE. Por esa regla de tres, también debería afectarles la imputación de Camps (y su “sorprendente” inocencia), las innumerables irregularidades de Carlos Fabra o la condena de Matas, entre otros casos. 

Para anticiparse a los hechos y lograr que este último problema no les salpique, el Partido Popular ha optado por marginar totalmente a Jaume Matas. Mariano Rajoy, el que era un íntimo amigo e incluso veranearon juntos en el yate del dueño de Sol Meliá Gabriel Escarrel, intenta por todos los medios borrar el rastro del político balear. Hace ya dos años, cuando Matas entregó su supuesta renuncia, Rajoy afirmó que “le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”. 

Eso sí, Rajoy no pensaba esto cuando Matas ganaba elecciones para ellos. Incluso llegó a declarar que “vamos a intentar hacer en España lo que Jaume y todos vosotros hicisteis en Baleares”. ¡Qué curioso cambio de opinión! 

Como curioso también es que los mismos que han apoyado a pies juntillas a Camps en Valencia han aplaudido y jaleado cuando Alberto Fabra ayer retiró el título de embajador a Matas, cargo que ostentaba desde diciembre de 2003. “No tienen cabida en este partido tampoco aquellas personas que aún teniendo una distinción, por que hicieron méritos en su día de ser nombrados embajadores de la Comunidad Valenciana como el caso de Jaume Matas hoy, que tiene una sentencia firme y ha sido condenado, vamos ha retirar ese título”. Fabra no considera a este político digno de representar esta región aunque me sorprende que si lo sean los imputados en la trama Gürtel o el señor Carlos Fabra. 

La conclusión es que el Partido Popular defiende fervientemente a los imputados siempre y cuando les convenga en las elecciones. Lo importante es que aquellos políticos corruptos que no interesen al partido sean repudiados. Eso sí, siguiendo dos normas: siempre negar lo innegable y nunca pedir perdón.