domingo, 25 de marzo de 2012

2012-03-25. El TDAH se convierte en epidemia

Siempre ha habido niños llorones, otros que no comían bien, que eran auténticos terremotos... Yo debo admitir que tenía todos esos defectos aunque siempre he sido considerada una niña normal. Ahora todo eso ha cambiado. A más de 250.000 niños en España les han diagnosticado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). 

Seguro que todos conocéis a algún niño que padece este síndrome pero ¿son realmente niños hiperactivos o solamente unos niños normales? Son muchos los investigadores que afirman que el TDAH es un invento psiquiátrico y no posee base científica. Esta es una de las teorías seguidas por el neuropediatra Fred Baughman, autor del libro El fraude del TDAH: cómo la psiquiatría transforma en pacientes a niños normales. 


Otra de las corrientes afirma que, pese a ser uno de los trastornos mejor y más investigados, no se ha podido encontrar una base genética y no podría ser considerado un síndrome neurológico. Partidario de esta teoría es el psiquiatra Jorge Tizón, miembro fundador del Equipo de Prevención en Salud Mental de Cataluña. Y la tercera rama afirma que el TDAH es un síntoma de un problema más grave de salud tal como la esquizofrenia o la psicosis. Estos niños, además de terapia, necesitan, básicamente, apoyo familiar y escolar. Este es uno de los puntos clave, a mi parecer, a destacar. Alberto Lasa, psiquiatra infantil, matiza que al TDAH “se le atribuye una incidencia del 5% al 8%, y en determinados entornos hasta del 15% de la población infantil. No es así. Los niños hiperactivos son sólo una excepción"

Pero ¿cómo se puede calmar a un niño inquieto? Es mejor drogarle, que esté tranquilo, sin saber los efectos que podrá tener la ingesta de esas pastillas en su organismo, en lugar de enfrentarse al verdadero problema: ya sea educativo, familiar o mental. ¿Y qué pintan las farmacéuticas en todo esto? Pues como industrias desean vender su producto, crear el pánico y elaborar informes falsos sobre la incidencia del síndrome. 

Para finalizar me gustaría explicar, por encima, el tratamiento que reciben estos niños “sanos”. El compuesto que deben ingerir es metilfenidato y nunca podrá prescribirse a menores de 6 años. El niño comenzará tomando “5 mg una o dos veces al día incrementado gradualmente la dosis a razón de 5-10 mg a la semana". ¿Los efectos secundarios? Insomnio, cambios de comportamiento, pérdida de peso, altura y apetito, ansiedad, crisis epilépticas, dependencia… Además, el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos añade que "el metilfenidato puede causar muerte súbita en niños y adolescentes, especialmente en aquellos que tienen problemas cardíacos" y ha elaborado una advertencia que cita “el metilfenidato -comercializado en España con los nombres de 'Concerta', 'Medikinet' y 'Rubifen'- puede crear hábito. Si toma demasiado puede sentir que no controla sus síntomas y que necesita tomarlo en grandes cantidades. También es posible que experimente cambios inusuales en su comportamiento". "Vender u obsequiarlo -añade la advertencia- puede causar daños a otras personas y constituye un delito". Otros países, ejemplos para España, como Suecia o Francia no utilizan este tratamiento por considerarlo sustancia estupefaciente. 

No soy médico, no soy psicóloga, no soy psiquiatra pero ¿lo estamos haciendo bien con nuestros hijos? Mi consejo es que los padres, que la mayoría no lo hacen, se informen un poco de las pastillas que les dan a sus hijos y que simplemente jueguen con ellos, estudien con ellos, estén con ellos.

2 comentarios:

  1. Este artículo solo puede haberlo escrito una persona que no se ha enfrentado al problema. Como madre de un niño con tdah, le diré que estudio con mi hijo, juego con mi hijo y estoy todas las tardes con mi hijo, que me he dejado la vida para intentar sacarlo adelante sin medicación y que no ha sido posible. Se perfectamente lo que toma y bastante sufrimiento me supone, pero es mejor eso que ver como tu hijo no puede hacer una vida normal,al borde del fracaso escolar sin solución, dominado por su impulsividad, falta de autocontrol y de atención, sin amigos, con trastornos de conducta y autoestima y un principio de depresión, ya que se daba perfectamente cuenta y no podía remediarlo. Ahora lleva una vida normal y nuestras horas estudiando ve que sirven para algo. No se debe juzgar,cada caso es diferente.

    ResponderEliminar
  2. Esta enfermedad se conoce desde siempre, aunque los enfermos no se conocían como TDAH, sino como niños malcriados. Había sin embargo un tratamiento con un índice de efectividad que rondaba el 100%, basado en el compuesto conocido como jarabe de palo aplicado por vía tópica, pero fue proscrito por pedagogos y psicólogos, pues las buenas maneras y aplicarse en la escuela va contra los principios de la educación moderna.

    ResponderEliminar