sábado, 12 de mayo de 2012

2012-05-12. Noticias curiosas

BBC 
Las resacas pueden ser muy duras y a más de uno (y más de dos) les ha sucedido el no recordar nada de lo acontecido la noche anterior. Pues ese ha sido el caso de Rhys Owen Jones, de 21 años, y Keri Mules, de 20. Los jóvenes británicos, tras beber mucho vodka, tuvieron la brillante idea de visitar el Sea World de Brisbane, Australia y, entre muchas otras cosas, secuestrar al pingüino Dirk. Cuando despertaron a la mañana siguiente el animal estaba correteando por la habitación. Al no saber qué hacer le dieron una ducha, algo de comer y lo echaron a un riachuelo con la esperanza de que llegara al mar. Unos vecinos rescataron al pingüino y llamaron a la policía por lo que los “turistas inmaduros y estúpidos”, tal y como ha declarado el juez, deberán pagar como multa 760 euros cada uno. Seguro que en su próxima borrachera piensan un poco mejor las cosas.

ABC
En España ya, por desgracia, no nos asombra ver a familias enteras perder sus casas desahuciadas por los bancos. Nos estamos acostumbrando a ver el dolor y la necesidad entre nuestros vecinos. Por suerte, aún hay países y ciudadanos solidarios que sí sienten pena, dolor y respeto ante estas situaciones. Estamos hablando del caso de Azucena Paredes, una mujer que ha perdido su casa por no poder hacer frente de las deudas de su madre. Azucena, su madre y sus tres hijos deberán buscarse otro lugar en el que vivir. Totalmente impactada por tal suceso, una familia noruega está enviando 400 euros mensuales, durante un año, a esta familia española para poder ayudar en su situación. Una especie de «apadrinamiento» del que Azucena estará siempre agradecida. 

Aunque este suceso ocurrió el 9 de septiembre de 2009, esta semana hemos conocido la sentencia. Carlos P.S., de 35 años, deberá pagar una multa de 5.400 euros por haber pegado tres tiros a un radar situado en el punto kilométrico 130.1 de la N-230 en el término municipal de Vilaller, Lérida. Si la compañía de seguros no se hace cargo de la reparación, el acusado deberá abonar también el coste del arreglo que podría superar los 33.000 euros. Tanto Carlos como otros conductores “cazados” se pensarán a partir de ahora el paliar su ira con el radar. 

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