Así es, el Presidente del Gobierno no explicará el rescate a la banca en el Congreso hasta mediados de julio. Una opción es que asista a la cumbre europea, que tendrá lugar en la última semana del mes de junio, y después (ya que está obligado) comparezca para tratar este asunto. Otra posibilidad es que comente el rescate en el debate del estado de la nación, que podría ser convocado a principios de julio, y de este modo no tendría que hacer ninguna declaración tras la cumbre.

Mariano Rajoy no tiene tiempo para explicar estas y otras cuestiones al resto de políticos y ciudadanos aunque si puede sacar un ratito para viajar a Polonia y disfrutar de un partido de fútbol. Para respaldar su decisión, el Presidente ha declarado que
"si esta situación no estuviera resuelta y si la invitación que me han hecho no se hubiera producido no iría" pero
“está resuelta”. Además cree que como
“la selección española es la campeona del mundo y de Europa" como Presidente
“es bueno” que
“esté en el partido inaugural”.
Un buenísimo modo de intentar encubrir la grave situación económica de España. Por muy bonito y positivo que crean que es este rescate, lo cierto es que traerá importantes consecuencias a los ciudadanos. En primer lugar, se disparará el déficit anual (unos 3.000 millones de euros más). A su vez, no es cierto que, como ha afirmado el ministro De Guindos, sea positivo para las “familias”. Los bancos no tendrán capacidad de prestar dinero ya que deberán aumentar sus provisiones. Y en tercer lugar, España no tendrá potestad para reestructurar su sistema financiero sino que ahora será tarea del FMI, el BCE y la Comisión Europea.
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