
"El romanticismo no es basura, el romanticismo es imaginación, es belleza. Además, en la basura se encuentran pequeñas cosas". Este es un fragmento de la película The Fisher King que es perfecta para la noticia de hoy. Nuestro protagonista es Wu, un señor tan enamorado de su esposa que ha decidido dedicarle todo su tiempo libre. La afortunada señora, amante de la música y la canción, tenía por deseo un piano. Desafortunadamente, Wu no tenía dinero así que se ha pasado los últimos 20 años de su vida recogiendo y vendiendo basura con su bicicleta. «Al principio me daba vergüenza por si me veía alguien conocido, pero luego me acostumbré y se convirtió en un hábito». Ha necesitado dos décadas pero por fin la señora de Wu podrá disfrutar con su piano teniendo al lado a su mayor fan.
Que cada vez tengamos mayor acceso a la cultura no significa que estemos bien informados. Es extraño como aún hay gente, en pleno siglo XXI, que cree extrañas teorías o milagros. La inedia se presenta como una de estas panaceas. El documental Am Anfang war das Licht narra la experiencia del químico suizo Michael Werner en el momento que conoció a Prahlad Jani. Ambos aseguran que es posible vivir sin comer ni beber absolutamente nada ya que podemos alimentarnos de nuestra propia espiritualidad. Werner afirma que lleva sin comer once años y Jani no ha comido ni bebido en 70. Una práctica, esa de sobrevivir de la luz, muy útil en época de crisis. El problema es que parece ser que sólo le ha funcionado a estos señores y a Jasmuheen, una escritora australiana que en sus libros explica cómo hacer el proceso. Los libros y el documental no han sido suficientes para una mujer suiza de 50 años que ha fallecido al intentar seguir esta teoría. Con ella, y desde los años 90, ya han sido cuatro las personas que han perdido la vida intentando convertirse al respiracionismo.
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