lunes, 4 de febrero de 2013

2013-02-04. Salvo alguna cosa

Mariano Rajoy, junto a los ministros de Exteriores, Industria, Empleo y Economía, ha viajado hasta Alemania para encontrase con Angela Merkel. Obligado, ya que este tipo de comparencias lo requiere, Rajoy ha tenido que contestar, o hacer que contesta, a las preguntas de los periodistas. 



“Tengo que reiterar lo que he dicho el pasado sábado. Desde luego todo lo que se refiere a mí y que figura allí y a los compañeros de partido míos que figuran allí no es cierto, salvo alguna cosa que es la que han publicado los medios de comunicación” 

Pero entonces ¿qué es cierto señor Presidente? El diario El País ha publicado muchas cosas. ¿Usted, por tanto, está diciendo que los papeles de Bárcenas son originales? ¿Qué ha recibido sobres? ¿Qué usted y sus compañeros han cometido un delito? 

No, no, no. Rajoy se da cuenta de su metedura de pata y rectifica: “O dicho de otro manera, es total y absolutamente falso”. Pues no es lo mismo señor Presidente. 

Pero éste no es un problema de hoy. Nuestra clase política no sabe hablar ni escribir. Sus errores son constantes. Recordemos el vídeo que editó el Partido Popular para hacer campaña en las elecciones del 25N. Rajoy no supo explicar porqué le gusta Cataluña así que destacó que los catalanes “hacen cosas” 


Pero no es el único que se equivoca, o a quien le falla el subconsciente. Hoy la red social Twitter se ha hecho eco de unas "curiosas" declaraciones de Carlos Floriano.


Y todo esto sucede y seguirá sucediendo, en parte, por el defectuoso sistema educativo. Una estructura cada vez más deficiente debido a las políticas nefastas llevadas a cabo por José Ignacio Wert. Cada vez que habla este señor se cubre de gloria y hoy no iba a ser menos. El ministro de Educación neutraliza las vocaciones y va a lo práctico. Hay que "inculcar a los alumnos universitarios a que no piensen solo en estudiar lo que les apetece o a seguir las tradiciones familiares a la hora de escoger itinerario académico, sino a que piensen en términos de necesidades y de su posible empleabilidad"

Por esa regla de tres los jóvenes españoles lo único que tendríamos que estudiar son idiomas. La única salida que tenemos. Emigrar, dejar nuestras tradiciones, nuestra familia y nuestra vida para que unos pocos, ustedes, puedan seguir disfrutando. 

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