miércoles, 29 de febrero de 2012

2012-02-29. Los privilegios de la Iglesia

Vivimos en época de crisis. Ya es bien sabido que todos (los ciudadanos) debemos apretarnos el cinturón. En 2012 tendremos que bajar del 8,51% al 4,4% del PIB si queremos cumplir con los plazos marcados por la Unión Europea. ¿Y cómo lo hacemos? Pues está claro. Reduciendo en sanidad, en educación, en ayudas sociales… Lo que desconozco es si de verdad el gobierno piensa que con estos recortes se va a alcanzar el déficit requerido o simplemente es una maniobra política. 

Si de verdad el gobierno desea recaudar dinero (no a costa de sus ciudadanos más pobres) hay dos instituciones clave en España: La Monarquía y la Iglesia. Dejemos de momento al Rey y su familia (que por ahora bastante tienen) aunque obviamente los 8 millones de euros que recibe la institución de modo anual vendrían muy bien a España.

Para quienes únicamente ven la Iglesia como ese lugar de culto en el que se sienten en paz habría que matizar que como institución es el mayor propietario de bienes inmuebles de España. Desde el año 2000 la Iglesia católica ha registrado más de mil propiedades a lo largo de toda la geografía española. Ello ha sido posible gracias a la Ley Hipotecaria, vigente desde 1946. Con la reforma llevaba a cabo en 1998, por el gobierno de Aznar, se permitió que la Iglesia registrara a su nombre aquellas propiedades sin titular, incluidos los "templos destinados al culto católico" mediante el Real Decreto 1867

Para hacerse una idea más concreta de esta ley Ignacio Escolar expone un ejemplo perfecto. “La Mezquita de Córdoba fue construida entre los años 780 y 785 por Abderramán I. Doce siglos después, el 2 de marzo de 2006, la Iglesia Católica inscribió el inmueble a su nombre en el registro de la propiedad número cuatro de Córdoba (tomo 2381, libro 155, folio 198). El trámite costó apenas 30 euros”. Como todo el dinero recaudado es considerado como donativo no es necesaria su tributación (los ocho euros de la entrada por el más de millón de visitantes al año). Y pese a que la Iglesia es la absoluta soberana de la Mezquita, y de todos los lugares de culto, y puede elegir sus trabajadores, sus horarios… de todo lo referente a restauración y conservación debe hacerse cargo el Estado español. 

Todo ello es posible gracias a que la Iglesia está exenta de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Si el gobierno obligara a pagar estas tasas, el Estado dispondría de unos 3.000 millones anuales. Entonces ¿no sería mejor que obligar a los ciudadanos a vivir por debajo del umbral de la pobreza? Supongo que ningún gobierno español ha tenido la valentía de enfrentarse al jefe de Gobierno con más poder del mundo, el Papa. 

Sin embargo, la crisis ya está obligando a algunos países a tomar este tipo de decisiones. El primer ministro italiano Mario Monti ya ha anunciado el pago de este tributo por parte de la Iglesia y de todas las personas jurídicas que, hasta ahora, estaban exentas del pago. 

Su financiación, a pesar de lo que puedan comentar las organizaciones religiosas, proviene casi en exclusiva del Estado. En los presupuestos, mensualmente, el Ministerio de Hacienda, según el periodista Juan G. Bedoya, ingresa en las arcas de la Conferencia Episcopal más de 13 millones de euros destinados a los salarios de los clérigos. Una exageración teniendo en cuenta que, además de vivir en un supuesto estado aconfesional, del 72% de los españoles que se declaran católicos únicamente el 35% señala el donativo a favor de la Iglesia en la declaración de la renta. 

1 comentario:

  1. EStoy alucinando............. que los curas y demás hierbas cobran del Estado???????????

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