lunes, 14 de enero de 2013

2013-01-14. Nosotros en casa y ellos en AVE

Vivo a, exactamente, 1705 kilómetros de Madrid, mi ciudad. Las circunstancias me hicieron emigrar y ahora no puedo visitar a mi familia y a mis amigos más de dos veces al año. Conocía las consecuencias y aún así dejé mi país en busca de trabajo. 

Sin embargo, hay miles de jóvenes españoles que han tenido que dejar su hogar en otras circunstancias. Muchas personas que quieren perseguir su sueño de ser médico, arquitecto o periodista y cada año abandonan su ciudad para estudiar en una universidad de otra Comunidad. A ellos tampoco les resulta fácil visitar a sus familias o quedar con sus amigos a tomar algo.

España presume de un excelente transporte público. De una eterna red de alta velocidad que entreteje y conecta nuestro país. Que permite a todos estos jóvenes volver a sus hogares. 

Eso en la teoría. En la práctica ni siquiera la clase media puede permitirse viajar en AVE. Por ejemplo, un viaje de ida y vuelta en clase turista un fin de semana (no festivo ni cercano a puente) de Madrid a Ciudad Real cuesta unos 60 euros. 


¿Quién puede permitirse este desembolso? Obviamente los únicos beneficiados en todas estas políticas. La clase rica. Todos los Presidentes del Gobierno se han empecinado en conectar todas las capitales posibles con Madrid. Extender la red del AVE por toda la geografía española pero ¿a qué coste? Cada día los españoles sufren nuevos recortes, empeora su nivel de vida. No hay dinero para educación y sanidad pública. No hay dinero para pagar las ayudas a la dependencia. No hay dinero para pagar a los jubilados. Sin embargo, los españoles sí que podemos pagar más de 3.000 millones de euros, este año, en ampliar la red del tren de alta velocidad. 

Aunque oficialmente no se inaugurará hasta abril, cuando Rajoy y Hollande posen juntos para la foto, el AVE que unirá Madrid-Barcelona-París ya está listo. Sin duda, este gran desembolso vendrá muy bien a los poderosos hombres de negocios que ahorrarán bastante tiempo (o eso dicen). El problema es que los españoles ya nos estamos hartando de pagar, con dinero público, los caprichos que disfrutarán únicamente las clases privilegiadas. 

A partir de abril se podrá llegar a París en nueve horas. Tras esta enorme inversión, 3.700 millones de euros, el Gobierno español únicamente ha conseguido ahorrar media hora de trayecto ya que la orografía impide que la máquina alcance los 300 kilómetros por hora. 

Obviamente no digo que mejorar la red de transportes esté mal. Pero, en primer lugar, habría que pedir responsabilidades a esos políticos que han encargado las obras a organismos autónomos pertenecientes a sus familiares o amigos. Han creado estaciones fantasma que únicamente han servido para que se llenaran los bolsillos. En segundo lugar, me parece erróneo realizar y mantener unas obras precarias. ¿Le llamamos Alta Velocidad y ni siquiera alcanza los 170 kilómetros por hora en algunos tramos

Ya que estas obras se realizan con dinero público ¿por qué no garantizar que sirva para todos los españoles? 

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